¿Qué le viene a la mente cuando escucha la palabra sillón? A lo mejor es la imagen del mueble favorito frente al televisor, donde se sienta, reclina o acuesta, relajándose mientras ve su serie favorita o lee el último éxito de J.J. Benítez o simplemente, la prensa del día. El caso es que prácticamente en todos los hogares se consiguen sofás de calidad o económicos, según el poder adquisitivo de sus dueños.

De acuerdo con el diccionario estos son asientos confortables comúnmente para dos o tres personas, con respaldo y apoyabrazos. O sea, que esa butaca súper cómoda, con manchas por el uso continuo, reclinable y con soporte podálico no califica como tal. ¡Qué lástima! Igual sigue siendo la preferida por los individuos agotados que llegan a casa después de una larga jornada de trabajo.

Pero más bien se trata de aquellos que utilizamos en conjunto para decorar el salón, en la recepción de algunas empresas importantes y hasta en las amplias salas de baño de edificios elegantes. Por supuesto, en cada uno de esos lugares cumple una función diferente pero casi siempre ligada al bienestar y la conversación. No olvidemos aquel tan distinguido, donde los personajes de la comedia Friends nos entretenían desde el Central Park Café de Nueva York.

El vocablo sofá es de origen persa. Y este fue en un comienzo el trono de sultanes o califas árabes o faraones egipcios. Durante el Imperio Romano lo hallamos en el comedor. Se instalaban en grupos de a tres rodeando una mesa baja, y eran usados exclusivamente por hombres. Así que en principio constituían una señal de privilegio. Solo para los más poderosos representantes del género masculino.

Afortunadamente la revolución industrial también influyó en esta área, popularizándolos hasta hacerlos imprescindibles en las viviendas de todas las clases sociales. El televisor fue su gran promotor en el siglo XX, donde llegaron a utilizarse inclusive para dormir. Ya sea el famoso sofá-cama o los de tipo convencional, que proveen las mejores siestas del mundo.

De modo que varios excelentes sofás, forrados en tela o cuero con diferentes estilos y colores, cubiertos de blandos y deliciosos cojines, siempre deben estar presentes en su morada, listos para ofrecer grandes instantes de placer a familiares y amigos.